No, amiga, no. Yo entiendo muy bien todo. Entiendo el porqué de mis decisiones. Entiendo por qué hice lo que hice. Porefería sufrir en silencio. Sé que sufristeis mucho por mí en el pasado. Pero eso no volverá a suceder. No. No te incluyas en el lugar donde no has estado. Muchas otras personas aparte de vosotras han callado mis llantos. Mucha más gente en mi vida me importa mucho. Demasiado. Vosotras mucho, pero hay gente que ha estado allí antes. Antes de que nos conocieramos nosotras. Antes incluso de que creyera en el dolor. Me han ayudado incluso de manera involuntaria. Y sí. Me gustaría que dentro de unos años nos riamos de esta absura discursión con una sonrrisa en la cara. Porque me importais. Mucho. Pero no sois las únicas. Me habeis dicho que os ha hecho daño que no contara con vosotras antes, que hubiera contado con otra gente antes que con vosotras. Bien. No contaré con nadie antes que con vosotras. Me voy a guardar mi dolor para mí. No pienso sacarlo de dentro hasta que me estalle el corazón. No quiero ver una sola sonrrisa torcida por mi. Solo las que son por felicidad. Las que vale la pena ver una y otra vez. Te propongo algo. Una cosa que he pensado. Tú piensatelo. No es nada del otro mundo, una idea simple y sin segundas intenciones. Empecemos de nuevo. Como si esto no hubiera pasado nunca. Prometo que no os enterareis que vuelvo a derramar una lágrima por nadie, si  me prometeis que nunca volverais a recordar todo esto. Nunca volveré a contar con nadie antes que con vosotras, aunque eso no significa que cuente siempre con vosotras.